Kang Seung Chul, Ceramista Coreano

 

En 2015, durante nuestro viaje del té, visitamos la isla de Jeju, una isla de Corea, situada al sur de la República de Corea.

Corea se conoce como un país relativamente joven con respecto a la producción de té. En el siglo VII, los monjes budistas introdujeron el sinensis Camelia en Corea  a partir del cultivo de té. En el siglo XIV, con el cambio político para el confucianismo, el budismo fue prohibido y en consecuencia los templos y las plantaciones de té fueron completamente destruidas. Después de la independencia en 1945, los coreanos comenzaron de nuevo  a cultivar té y en algunas zonas fue posible reactivar cultivos abandonados o destruidos. Hoy en día, la cultura del té en Corea es cada vez mayor.

En varios lugares se ven grandes recipientes de cerámica utilizados para contener los alimentos. La alfarería tradicional, Onggi, se caracteriza por los colores rojo y negro y la ausencia de un patrón regular. El color de las piezas está determinado por el porcentaje de hierro en la arcilla y también por el modo de quemado. Dependiendo de la  cocción , la pieza se hace más o menos oscura.

Kang Seung Chul, la isla de Jeju tiene los recipientes Onggi tradicionales, pero al mismo tiempo tiene una fascinación por la cerámica más delicada. Su primera fuente de inspiración son los platos de té coreano y japonés y con el tiempo va creando piezas con un estilo único. Utilizando sólo la arcilla local y sin esmalte, las piezas adquieren diferentes colores, dependiendo del tiempo de cocción, de amarillo claro a varios tonos de marrón rojo y oscuro. Kang Seung Chul hornea las piezas en varias ocasiones hasta que se convierten en casi negro con una estructura cristalina. A lo largo de este proceso, hay varias piezas que se pierden, quedando  las piezas que son consideradas únicas.